Los reactivos de laboratorio son sustancias que se utilizan para llevar a cabo reacciones químicas, las cuáles podemos cuantificar mediante varios métodos analíticos. En este artículo vamos a ver más en profundidad de qué tratan y cómo se utilizan.
Cómo identificar los reactivos de laboratorios
Podemos encontrarlos sólidos, líquidos, en disoluciones… Y se comercializan con distintos grados de pureza y calidad, las cuales elegiremos según el uso que se les vaya a dar.
Otro tipo de reactivo que podemos encontrar son los reactivos patrón. En estos se conoce con exactitud la concentración de una o varias sustancias, por lo que se usan como referencia para verificar que los métodos de análisis se realizan correctamente, y que el funcionamiento de los equipos es el adecuado.
Etiquetado de reactivos
En las etiquetas de los reactivos debemos encontrar:
- El nombre y la concentración a la que se encuentra o su riqueza
- La fórmula química, el peso molecular y la densidad
- Los números CE y CAS, correspondiendo el primero al número de identificación de la Comunidad Europea, y el segundo, mucho más usado, al internacional.
- El lote, la fecha de caducidad y las condiciones de almacenamiento
- Indicaciones de peligro, las cuales señalan los peligros físicos, para la salud humana y para el medio ambiente; y Consejos de prudencia: consejos de eliminación, de almacenamiento, de prevención…
- Pictogramas de peligro
Consultar Reglamento CE nº 1272/2008 de 16 de diciembre de 2008 sobre clasificación, etiquetado y envasado de sustancias y mezclas (conocido como Reglamento CLP).
Almacenamiento de reactivos
Los reactivos pueden almacenarse en estanterías de metal o plástico con puerta o sujeciones para que no puedan caerse. También en frigorífico, los que tengan que mantenerse refrigerados, y en almacenes propiamente dichos.
El almacenamiento de los diferentes reactivos se llevará a cabo teniendo en cuenta su nivel de riesgo: tóxicos, inflamables, corrosivos, de bajo riesgo… colocándolos en consecuencia. En este sentido, los reactivos más peligrosos irán atrás en la estantería y los de riesgo bajo delante. Además, tendremos en cuenta las incompatibilidades de cada uno, las cuales encontraremos en la ficha técnica y/o de seguridad.
Clicando en el siguiente enlace, podemos ver un ejemplo de tabla de incompatibilidades entre sustancias químicas:
Uso de los reactivos
Por otro lado, en el laboratorio debemos disponer de la documentación necesaria para el correcto uso de los reactivos. En este sentido, las casas comerciales deben poner a disposición del usuario los siguientes documentos:
- Certificado de análisis. En el mismo se asegura que las concentraciones y las características del producto son las que asegura el vendedor.
- Ficha técnica. En ella encontramos la descripción del producto, las condiciones de uso, sus propiedades físicas y químicas, incompatibilidades con otros productos…
- Ficha de seguridad. Nos indica el nivel de riesgo del reactivo y sus ingredientes, además del nivel de riego toxicológico y ecológico. Cómo manipularlo y los API’s necesarios para ello, cómo reaccionar en caso de accidente, etc.
Estos documentos deben estar presentes en el laboratorio de ensayos, en un lugar de fácil acceso, para poder acudir a ellos lo antes posible en caso de accidente. La reunión, almacenaje y estudio de todos estos documentos pone de manifiesto la costosa tarea de mantener unos altos estándares tanto de calidad como de seguridad. Además, son totalmente necesarios para asegurar unos resultados fiables bajo la acreditación de ENAC y las normas con las que trabajamos (ISO 9001 e ISO 17025).
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